Es Cierto, ¡el Café es uno de los Productos más Volátiles!
… Pero tú PUEDES anticiparte a los movimientos de su precio.
Productores, intermediarios y exportadores están ya tomando decisiones de compra y venta más informadas que les están significando mejores utilidades en su negocio cafetero. Además, los instrumentos de Bolsa que hoy día existen les facilitan protegerse contra los movimientos adversos de precio, ¡y aprovechar los movimientos a su favor!
Además de nuestro reporte semanal de Análisis Fundamental redactado por Judith Ganes y de Análisis Técnico redactado por Andrés Agredo, recibirás nuestro Acompañamiento Personalizado para ayudarte a tomar decisiones y a diseñar estrategias de compra, venta y cobertura de acuerdo a tus necesidades específicas. Toma el siguiente paso suscribiéndote hoy:
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Aunque un nombre más apropiado para el proyecto sería el “Fondo de Compensación de Precios, o de Estabilización de Ingresos del Productor”, porque lo que se puede compensar o estabilizar es el ingreso del caficultor y no el precio de mercado de la materia prima, lo importante es que sea efectivo en el cumplimiento del objetivo.
Aunque se dice que en el corto plazo es necesario subsidiar el precio interno para que el productor no siga perdiendo dinero, hay que recordar que la situación que actualmente vive el sector es producto de la carencia de una cultura preventiva de gestión de riesgos en el pasado, que de haberse implementado hace años cuando los precios del grano estuvieron altos, hoy la situación sería diferente y el gremio cafetero simplemente no estaría en crisis de precios.
Por esta razón es indispensable y urgente implementar desde ya esta cultura de gestión de riesgos financieros para que dentro de unos años no estemos “apagando incendios” como lo estamos haciendo hoy día, y a decir verdad, como ha sido siempre, ya que cuando los precios en su comportamiento natural e inevitable han estado bajos, el enfoque ha sido “apagar el incendio” mediante subsidios al precio interno, pero luego cuando gracias a la misma naturaleza de los mercados los precios repuntan, olvidamos ser preventivos y unos cuantos años después está el gremio en la misma situación.
Para lograr un efecto tangible hay que pensar en el mediano y largo plazo, que es cuando se verán los mayores resultados de implementar esta cultura. Por ejemplo, esta crisis cafetera podría ser mucho más aguda de no ser por la tasa de cambio del Dólar que por estos días bordea los $3,300, muy cerca de su nivel más alto históricamente alcanzado. ¿Nos hemos sentado a pensar que una caída de la tasa de cambio de un 20% y un 40% en los próximos años le haría perder a la caficultura colombiana entre 1.1 y 2.2 Billones de Pesos aproximadamente, tomando como referencia una producción de 13 millones de sacos? ¿Se sabe que un seguro de precios para proteger al gremio de semejante impacto podría costar entre 3% y 5% anualmente del volumen de producción?
Si las respuestas a estas preguntas es un no, es una señal de lo urgente que es implementar esta cultura de gestión de riesgos financieros en el gremio cafetero.
Por esta razón, si de verdad se pretende evitar futuras crisis, el Fondo de Estabilización debería enfocarse en las 3 principales falencias del gremio cafetero en este aspecto:
Conocimiento. Hoy día la inmensa mayoría de los productores no conoce el funcionamiento ni los beneficios de las herramientas financieras que existen para gestionar el riesgo de precios, como los Futuros y las Opciones que se negocian en la Bolsa de Nueva York, ni los Productos Estructurados que se negocian en mercados extra-bursátiles. Cabe anotar que los contratos de Futuros son diferentes a los contratos Forward, que son los que en Colombia erróneamente llaman “futuros” y que son compromisos bilaterales de compra-venta de café físico con entrega futura. El Fondo debe financiar el acceso al conocimiento por parte de todos los productores a estas herramientas de cobertura.
Financiación. Una vez un productor aprende a utilizar las coberturas financieras, generalmente se encuentra con falta de recursos para ello, ya que, en su presupuesto no tiene una casilla para el uso de estas herramientas, lo cual, en mi opinión, deber estar en la más alta prioridad si de verdad quiere ser un productor rentable y competitivo. El Fondo debe financiar los recursos que los productores necesitan para efectuar sus coberturas de precios.
Asesoría constante. Y esta es la principal razón por la cual aún los contratos Forward no han sido bien aprovechados por todos los caficultores. Una herramienta hay que enseñarla a utilizar y requiere de un acompañamiento constante para usarla correctamente, y para que sea un servicio profesional se debe requerir como mínimo que la persona a cargo cuente con la debidaLicencia SERIES 3expedida por la Asociación Nacional de Futuros de los EEUU, que es el regulador del mercado de Futuros de Estados Unidos, y con el debido registro comoCommodity Trading Advisor (CTA)ante este ente regulador internacional. Recordemos que el comercio de café físico y el comercio de derivados financieros sobre café son dos ciencias completamente distintas, para las cuales se requiere de formación profesional, conocimientos y habilidades muy diferentes. El Fondo debe financiar el acceso a la asesoría constante y profesional por parte de todos los productores en el uso de las herramientas de cobertura.
Abarcando estos tres aspectos, se cerrará una brecha enorme que ha tenido la caficultura durante décadas y le dará al gremio verdadera y sostenible rentabilidad y competitividad a nivel global, indispensables en un mundo de negocios internacionales cada vez más competitivo, en el cual, naturalmente, el café no es la excepción.
Artículo redactado por: Andrés Agredo, 09 de mayo de 2019.
Aparte de molesto, este regreso a los niveles de $1 por libra de café ha sido sorpresivo para muchos, y el pesimismo vuelve a tomar la delantera en el estado de ánimo en general, por lo que preguntas como ¿por qué estamos otra vez a estos niveles? y ¿hay esperanzas de un nuevo rebote? vuelven a estar sobre la mesa entre muchos participantes de la industria.
Y la pregunta es totalmente comprensible si recordamos que hace apenas dos meses el precio internacional bordeaba los $1.30 por libra, que sin ser un precio ideal, sí llevó nuevamente el precio local de referencia a un nivel que para muchos productores al menos supera sus costos, significando un respiro después de estar varios meses padeciendo por los precios deprimidos.
Sobre este posible escenario que tendría lugar en noviembre y diciembre advertimos en nuestro Análisis Semanal del Mercado de Café en detalle, brindando la oportunidad de establecer estrategias de cobertura para protegerse contra el efecto adverso que dicho escenario podría traer. Te invitamos a revisar nuestra presentación para comprender más acerca de esta reciente caída y cómo puedes comenzar a anticiparte a lo que podría suceder posteriormente:
Recuerda que lo más importante de los análisis son las acciones que se tomen con ellos con la finalidad de proteger y elevar los márgenes de utilidad de cualquier negocio que comercie con la materia prima física. Con nuestras capacitaciones te enseñamos las estrategias de cobertura más apropiadas para tu negocio, y con nuestro servicio de acompañamientote llevamos de la mano en la elaboración y aplicación de dichas estrategias, basadas en nuestros análisis y perspectivas del mercado.
Supongamos que el lector es un caficultor cuyo costo de producir una libra es de U$ 1.20, y el precio actual de mercado es de U$ 1 por libra, lo que significa que producir café y entregarlo a este precio le está causando pérdidas. ¿Usted fijaría ahora el precio de venta del café que espera producir en los próximos 3 o 5 años a $1 por libra? “¡Ni locos!”, seguramente el lector pensará, ya que hacerlo solo le “garantizaría” producir café a pérdida durante los próximos 3 o 5 años.
Ahora, supongamos que el precio mínimo ideal de venta para su negocio es de $1.80 por libra de café y que el precio de mercado actual es de U$ 2 por libra, y usted tiene la oportunidad de fijar ahora el precio de venta del café que espera producir en los próximos 3 o 5 años a $2 por libra. ¿Lo haría? Seguramente, ya que esto le “garantizaría” producir café de manera rentable durante los próximos 3 o 5 años.
Supongamos también que para la mayoría de los tostadores, precios por libra de café por encima de $1.80 “lastiman” su utilidad y no son atractivos para sus negocios, incluso, podrían generarles pérdidas. Entonces, siguiendo con el ejemplo de que el precio actual por libra de café fuera de U$ 2, ¿cree usted que los tostadores fijarían ahora el precio de compra del café que van a necesitar para abastecer su negocio durante los próximos 3 o 5 años? “¡Ni locos!”, seguramente el lector estará pensando, ya que hacerlo solo les “garantizaría” comprar café a pérdida durante los próximos 3 o 5 años.
Ahora bien, si el precio de la libra de café actualmente fuera de U$ 2, y siguiendo el mismo ejemplo, ¿cómo haría el lector para fijar precios de venta de su café a 3 o 5 años, si no hay ningún tostador que quiera comprárselo a futuro? Sencillamente no podría hacerlo; de la misma manera que un tostador no podría comprar café a futuro cuando el precio de mercado está a niveles cercanos a $1, porque ningún caficultor estaría interesado en vendérselo a futuro.
De esta manera es claro que, si en el comercio de materias primas solamente participaran quienes producen o compran la materia prima física, sería casi imposible establecer precios de compra-venta con entrega a futuro, especialmente cuando el precio de mercado está a niveles favorables ya sea para el productor o para el tostador, lo que a su vez, les imposibilitaría manejar su riesgo mediante la fijación de precios a futuro, y no les permitiría aprovechar las oportunidades para hacerlo cuando el precio de la materia prima es atractivo.
Siguiendo el ejemplo de que el precio actual por libra de café es de U$ 2 por libra, usted quiere aprovechar la oportunidad para fijar la venta del café que espera producir en los próximos 3 o 5 años, y no hay ningún tostador que le quiera comprar a esos precios, pero llega un señor que está dispuesto a comprárselo a U$ 2 por libra porque él cree que el precio de la libra de café seguirá subiendo hasta U$ 2.20 en los próximos meses, pero como él no necesita el café físico, tendrá que vendérselo a cualquier otro comprador a precio de mercado antes de la fecha pactada de entrega, y está dispuesto a asumir el riesgo de que en ese momento el precio de mercado haya caído y por ende, causarle una pérdida. Resulta que este señor es un “especulador”, solamente porque está comerciando con una materia prima que ni produce ni necesita para su negocio, sino que solamente aspira obtener una ganancia gracias a la variación del precio. Este señor, por ende, no tiene costos de producción ni costos de procesamiento, por lo que le es indiferente el precio de compra, toda vez que cuando lo venda, el precio sea mayor y pueda obtener una utilidad.
Por otro lado, y como la naturaleza de los contratos de futuros permite realizar primero la venta y luego la compra, es posible obtener una utilidad cuando el precio de la materia prima cae.Esto se llama una operación “en corto”. Por esta razón, este señor especulador, tampoco tendría problema en vender “en corto” cuando el precio está por ejemplo a $1 por libra, toda vez que cuando realice la compra, el precio esté más bajo y pueda así obtener una utilidad. Naturalmente, en ambos casos está dispuesto a asumir el riesgo de que la variación de precio sea en su contra y le cause una pérdida.
Creo que si he sido claro en mi explicación, el lector ahora estará pensando que este señor especulador puede permitir que el productor aproveche la oportunidad de vender a futuro su materia prima cuando el precio está por encima de $2 por libra, y de igual manera, el tostador pueda aprovechar la oportunidad de comprar a futuro el café que va a necesitar cuando el precio está por debajo de $1 por libra, precisamente porque va a ser ese señor especulador quien estará del otro lado de la transacción en ambos casos.
De esta manera los especuladores inyectan liquidez a los mercados de futuros, facilitando el intercambio de materias primas con entrega futura, y permitiéndole a los productores y tostadores manejar su riesgo comprando y vendiendo a futuro cuando los precios les son favorables.
De hecho las estadísticas muestran que los especuladores tienden a acumular el máximo de posiciones compradoras cuando el precio está en niveles extremos altos, y a acumular el máximo de posiciones vendedoras (cortas) cuando el precio está en niveles extremo bajos:
Y por esta razón, no es de extrañar que las estadísticas también digan que aproximadamente el 85% de los especuladores pierden dinero en los mercados. En otras palabras, ¡el 85% de los especuladores no sabe especular!
Tampoco es de extrañar que muchos llamen a los especuladores “dinero tonto”. Y su falta de conocimiento y/o de experiencia, querámoslo o no, sea justo o no, ofrece oportunidades para quienes sí los tienen.
El problema es que, si cuando los precios están a un nivel favorable para los productores, estos no saben utilizar estas herramientas financieras de compra-venta a futuro o no tienen acceso a ellas, no podrán aprovechar la oportunidad de vender su café a futuro cuando los precios les son favorables, lo que les impedirá administrar su riesgo y por ende, quedar expuestos a las fluctuaciones de precio de la materia prima que producen, hasta el punto de tener que producir a pérdida en ocasiones.
¿Le suena al lector familiar la situación actual? Ahora le pregunto, ¿la raíz del problema de los caficultores son los especuladores, o es el desconocimiento de estas herramientas financieras, lo cual les ha impedido aprovechar las oportunidades de vender su café a futuro, cuando el precio por libra ha estado a niveles favorables?
Afortunadamente el desconocimiento se soluciona con conocimiento, y la inexperiencia con experiencia. Es por eso que nuestros paquetes de capacitación en derivados financieros para la industria cafetera incluyen también el acompañamiento hombro a hombro que nuestros clientes necesitan para tomar decisiones inteligentes e informadas, que les permiten proteger y elevar sus márgenes de utilidad, gracias a que saben cómo aprovechar las oportunidades! Escríbanos a [email protected] o háblenos al What’s App Haciendo Clic Aquí para conocer más de nuestros paquetes y promociones.
¡Por su éxito!
Artículo redactado por: Andrés Agredo, 07 de septiembre de 2018.
Desde hace varios años existe en Colombia la modalidad de negociar el café entre el productor y las cooperativas con entrega futura y a un precio fijo pactado en Pesos Colombianos.
Este tipo de contratos se conocen también como forwards, los cuales son diferentes a los contratos de futuros sobre Café Arábiga, ya que estos últimos son estandarizados y se negocian en un lugar centralizado, llamado “Intercontinental Exchange”, más conocido como la Bolsa NY, quien actúa como intermediario entre el comprador y el vendedor, garantizando el cumplimiento de la operación, ya que cuenta con inventarios certificados de café en varios puertos del mundo.
Los contratos forward, en cambio, implican un riesgo de incumplimiento, lo cual ha sido el dolor de cabeza de muchas cooperativas que ofrecen estas alternativas para los caficultores, especialmente cuando los precios a la hora de entregar el café están por encima del precio que se pactó para la entrega de la mercancía.
Para “cubrirse” contra ese riesgo, algunas cooperativas compran protecciones en forma de primas opciones sobre futuros en la Bolsa NY, es decir, utilizando más recursos económicos e incurriendo en más gastos. Y en el caso de demandar legalmente, también tendría esta que incurrir en más gastos legales.
Por esta razón, los forwards son mecanismos ineficientes, ya que implican la utilización de recursos que, si se utilizaran otros mecanismos como los contratos de futuros (los futuros de verdad, es decir, los contratos que se negocian en la Bolsa NY), no serían necesarios, pues al no existir el riesgo de incumplimiento, no es necesario utilizar recursos para protegerse de ese riesgo.
Además, cuando el productor vende a futuro su café, lo hace principalmente para “cubrir” su riesgo de que cuando llegue la hora de entregar su café, el precio sea más bajo que a la hora de pactar el negocio, lo cual está muy bien, pero el problema es que en este caso la cooperativa es quien absorbe ese riesgo, lo cual implica que esta a su vez tenga que utilizar recursos para “cubrirse” de ese riesgo de bajas en los precios, haciéndolo directamente en la Bolsa, es decir, utilizando los derivados financieros bursátiles (en el caso de que sea la cooperativa quien directamente exporte el café, o que no lo tenga comprometido con un exportador), lo cual como ya vimos, no lo libra del riesgo de incumplimiento por parte del productor.
En este caso la cosa puede ser un problema aún mayor porque si la cooperativa hace una cobertura directamente en la Bolsa, y luego el precio a la hora de entregar el café ha subido y el productor le incumple, esta cobertura se puede transformar en una pérdida financiera para la cooperativa. Entonces en este caso, la solución viene a ser peor que el problema.
En fin, un problema y un enredo enorme pueden llegar a ser estos contratos forward. Y el hecho de que actualmente este sea prácticamente el único mecanismo que se utilice en el país, con los derivados financieros bursátiles existiendo hace más de un siglo y con la tecnología actual que nos permite acceder a ellos a un clic de distancia, ¡es como tener a todo el país andando a caballo más de un siglo después de que se inventó el automóvil!
¿Cómo pretendemos entonces que el sector cafetero progrese y que no se declare seguidamente en crisis, si todavía no estamos utilizando las tecnologías financieras que existen hace ya más de un siglo??
Y por último, si todavía el lector no está convencido de la urgente necesidad de implementar los derivados financieros bursátiles en toda la caficultura colombiana (y latina para el caso), el hecho de que los precios internos del café físico dependan no sólo del precio internacional de la Bolsa NY sino también del Dólar Americano, nos hace doblemente expuestos, es decir, estamos expuestos a la fluctuación de dos variables económicas (¡¡y seguimos financieramente andando en la edad de piedra, por Dios!!!), y los contratos forward no permiten una cobertura por separado de estas dos variables.
Me explico: qué pasaría con el precio interno del café colombiano si el precio internacional en la Bolsa NY se valoriza un 10% pero el Dólar a su vez se desvaloriza un 10%? Prácticamente nada (asumiendo que no haya cambios en la prima del café colombiano o en los diferenciales, claro está). Y lo que es más preocupante es que la mayoría de las veces estas dos variables se mueven de manera inversa, ya que un Dólar alto hace que las exportaciones se aceleren, generando a su vez más oferta y por ende, causando presión a la baja en el precio internacional del café, y viceversa.
Entonces, en un caso hipotético en el que las expectativas sean las anteriormente citadas, un productor sofisticado que utilice los derivados financieros puede “cubrirse” únicamente contra la desvalorización del Dólar, y en ese caso, gozaría de la valorización del 10% del café en la Bolsa NY, pero no se vería afectado por la desvalorización del Dólar, haciendo así que al final reciba un ingreso superior, similar a recibir un precio de venta 10% mayor por su café.
Cabe anotar también que ha habido ocasiones en que los contratos forward han sido eficaces a la hora de proteger el ingreso del productor, como en los casos de quienes fijaron desde finales del 2016 (cuando el precio interno rondaba el $1´000.000 por carga de 125 kg) el precio de venta del café que estimaban producir durante el año 2017 y parte del 2018.
En conclusión, tenemos que implementar las nuevas tecnologías financieras y comenzar a utilizar los derivados financieros bursátiles en toda la cadena de suministro del café, para aumentar la rentabilidad tanto del productor como de la cooperativa y del exportador (contando con que difícilmente encontraremos un tostador rentable que no los esté ya utilizando), y seguir utilizando los contratos forward en casos específicos, pero no dejar estos últimos como el único mecanismo de protección al caficultor. Así como el caballo todavía nos puede servir de medio de transporte en casos específicos, pero por favor, no podríamos seguir andando únicamente a caballo un siglo después de que se inventó el automóvil, ¡¡por Dios!!
Artículo redactado por: Andrés Agredo, 31 de julio de 2018.
¿Qué tiene que ver un robot que ingresa órdenes sistemáticamente para comprar o vender contratos de futuros en la Bolsa de Nueva York, con un caficultor en el campo colombiano?
Cada semana, la Comisión de Negociación de Futuros [CFTC por sus siglas en inglés] reporta el total de contratos de futuros que mantienen en su posición tanto los comerciales como los especuladores en todos los mercados de commodities, incluyendo el café.
En su reporte del 3 de Julio del 2018, la CFTC informó que los especuladores tenían una posición neta de 82,323 contratos cortos, la máxima apuesta bajista que los especuladores habían registrado hasta ese entonces. [Ver: “Terminología clave para comprender los futuros de café”]
Esto es aproximadamente unos 23 millones de sacos de 60 kilos de café, casi 2 veces la cosecha anual colombiana vendida “en papel” por inversionistas que apuestan a que el precio seguirá cayendo. Esto es suficiente peso vendedor para explicar el por qué los precios han estado tan bajos últimamente.
¿Y qué tiene que ver esto con los “robots” que mencionaste?, te preguntarás.
Pues que la negociación de contratos de futuros basada en algoritmos, es decir, por “robots” de trading, se estimó en un 74% del total de las órdenes en el año 2015 y un 68% en el 2016, según lo reportó el ente regulador de los mercados de futuros [“CFTC”]. Es decir, que la mayoría de las órdenes de compra y venta que van a los mercados de futuros sobre commodities, como el oro, el petróleo y naturalmente el café, son dirigidas por máquinas pre-programadas.
Y aunque lo anterior es una cifra global que incluye el volumen de negociación de todos los sectores [agricultura, energía, metales, acciones y divisas), y el sector de la agricultura es el que menor porcentaje de su volumen de negociación se ha regido por la negociación algorítmica entre todos los sectores, registró el 50% de su volumen, lo cual de por sí ya es alto y va en aumento, como lo muestra el siguiente gráfico:
Estamos en la era de la tecnología y la automatización de procesos, y los mercados financieros no se escapan de ello. El asunto es que para negociar de manera especulativa en los mercados de materias primas o commodities, es decir, para sacar provecho de las fluctuaciones de los precios sin poseer o necesitar el commodity físico como tal, es indispensable tener una metodología de negociación basada en reglas. Y los algoritmos o robots de trading facilitan y automatizan estos procesos de toma de decisiones y de ejecución de órdenes de compra y de venta.
Básicamente para crear un algoritmo o robot de trading se necesita:
Un estudio histórico del comportamiento del mercado. Aquí se identifica uno o varios patrones de comportamiento de un commodity en particular, basado principalmente en indicadores técnicos, es decir, en los movimientos del precio solamente, sin tener en cuenta los fundamentales de ese mercado, como por ejemplo, estimativos de cosecha, consumo, clima, etc.
La construcción de reglas para comprar y vender de acuerdo al estudio previo y crear el algoritmo, que no es otra cosa que el conjunto de esas reglas. Aquí se programa ese algoritmo en un lenguaje de programación para plataformas de trading y se tiene el código. Este código para un fondo de inversión de Wall Street viene a ser como para Coca-Cola la fórmula 7X: Un invaluable tesoro “intangible”.
Una plataforma de trading que lea el código y lo traduzca en generar de señales de compra y venta, y estas a su vez las traduzca en órdenes de negociación automáticas que van directamente a la plataforma del bróker.
La tecnología, los robots y el aprendizaje automático en todas las áreas de la vida es algo imparable, y más vale adaptarnos y gozar de sus beneficios que luchar contra ella. La tendencia creciente de especuladores guiados por máquinas y que sin duda alguna influirá en los precios de nuestro café –querámoslo o no- seguirá en aumento.
Vale la pena aprender cómo funcionan estas máquinas e incorporar la tecnología en nuestra industria agrícola, ya no sólo desde la productividad en el campo, sino hasta la negociación en la Bolsa.
Artículo redactado por: Andrés Agredo, 12 de julio de 2018.
El café colombiano normalmente se negocia en el mercado internacional con una prima o diferencial de calidad, concepto importante a la hora de manejar los riesgos a través de las coberturas.